Historia de una taza de café colombiano – History of a Colombian coffee cup
En sábado, día de mercado, los pequeños caficultores bajan desde sus fincas en los tradicionales jeeps y se acercan a la cooperativa en la población de Ibagué, donde llevan el resultado de su esfuerzo en pequeñas cargas de café, allí sus granos son sometidos a diferentes pruebas para establecer el nivel del calidad del mismo, que arroja como resultado después de una angustiosa espera, el precio que pagaran por su carga de café. Después de recibir la paga, no siempre acorde a su trabajo, el caficultor sella la operación bebiendo una humeante taza de café colombiano.